Finalizando nuestro viaje por los diferentes puntos de experiencia que vive un colaborador al trabajar para una organización, llegamos al proceso de Retiro. Esto no significa que sólo existan estos seis puntos de experiencia, o incluso que el retiro sea el fin de la experiencia, simplemente traté de abordar los principales.
El proceso de retiro en general se produce en dos vías. La primera es provocada por el colaborador mediante una notificación de renuncia voluntaria y la segunda es ejercida por la organización mediante una comunicación de retiro. Por lo tanto, la organización debe principalmente prepararse para estos dos escenarios y crear los procesos que mantengan una coherencia en sus mensajes, su cultura y su propósito.
En caso de renuncia, siempre deberíamos preguntarnos:
- ¿Sabíamos que el colaborador tenía intenciones de retirarse? Si no, ¿Por qué no?.
- Antes de presentar su renuncia… ¿Lo motivamos a querer permanecer en la organización?.
- Al presentar la renuncia, ¿tenemos un proceso de desvinculación para entender los motivos del retiro?.
- ¿Se retira por algo que hicimos o dejamos de hacer, o se retira por otros motivos?.
- ¿Estamos preparados para suplir esa ausencia hasta conseguir un reemplazo?.
- ¿Nos alegra o nos entristece su renuncia? y ¿por qué?.
- ¿Dejamos la puerta abierta y deseamos que vuelva más adelante, o cerramos por completo el ciclo?
Y en caso de despido, deberíamos preguntarnos:
- ¿Realizamos el justo proceso o fue sorpresa?
- ¿Logramos que el colaborador entienda los motivos del retiro y los acepte?
- ¿Acompañamos al colaborador para evitar llegar a este punto?
- ¿Preparamos el terreno para su reemplazo?
- ¿Permitimos tiempo de transición o el retiro es inmediato?
- ¿Cuánto tiempo nos toma hacer la respectiva liquidación?
- ¿Las puertas quedan terminantemente cerradas o hay opción de re-vinculación?
Como siempre, no hay respuestas correctas e incorrectas, sencillamente las respuestas deben ser coherentes a la cultura y propósito de la organización, para que transmitan el mensaje correcto. Obviamente, en teoría, lo ideal es que los colaboradores se retiren de la compañía con buenos recuerdos, amando a la organización y hablando bien de ella, aún si ha sido la compañía quién ha prescindido de los servicios del colaborador.
Por lo tanto, ¿tu proceso de retiro refleja tu cultura y propósito? y ¿todos tus ex-empleados se retiran en buenos términos? Espero que si, pero si no, recuerda trabajar en este aspecto y no dudes en contactarme si requieres apoyo.
Las mociones puedes verlas en el canal de YouTube “Mociones de vida”.