Cultura de la desconfianza

Regaderas plásticas amarradas por seguridad

La cultura de la desconfianza es algo tan latente en la cultura colombiana que consideramos el mundo entero se comporta de la misma forma. Reflejo de esa mentalidad es la expresión “No dar papaya”, que invita a no confiar en los demás, porque si usted se confía, pierde. Sin embargo, en varios países del mundo la cultura de la confianza existe y ha demostrado ser más útil y beneficiosa que la de la desconfianza.

Desconfiar de las personas hace que todos los procesos tengan que ser más complicados, demorados y costosos. Por ejemplo, como en Colombia desconfiamos, nuestros sistemas de transporte público son diseñados con muros y requieren cámaras y guardas de seguridad en cada estación para evitar que las personas se suban al transporte sin pagar. Claro, siempre habrá quienes no paguen, pero ¿esa cantidad justifica el gasto en infraestructura y personal para reducir la cantidad de colados? ¿Será que la solución es más costosa que el problema?.

Lo mismo pasa con algunos procesos o servicios de muchas compañías. Como desconfían del cliente, solicitan infinidad de documentos y pruebas, que deben ser validadas previamente, antes de poder realizar el proceso. Esto hace que la experiencia sea demorada, costosa e incomoda para ambas partes. Todo, por el prejuicio de la cultura de la desconfianza.

Por lo tanto, las empresas deberían usar su big data para revisar sus procesos y así determinar si las soluciones actuales a sus problemas son más costosas que los problemas en términos financieros y de experiencia. Si lo son, genial, no hay argumentos para no transformar los procesos basados en una cultura de confianza. Si no lo son, de todas formas deberíamos reflexionar si queremos seguir promoviendo la cultura de la desconfianza en los negocios o si deseamos construir negocios y una sociedad basada en la confianza.

La desconfianza no genera valor, es costosa, lenta y daña la experiencia del usuario. Sin mencionar que parte de un principio vicioso de no confiar en nuestros propios clientes. Por consiguiente, invito a las organizaciones a reflexionar al respecto y a probar confiar en sus clientes. Lo más probable es que se lleven una grata sorpresa y logren crear procesos más simples, ágiles, económicos y agradables para el cliente, lo que a la vez demuestra y construye confianza y genera mayor rentabilidad. Y socialmente estaremos ayudando a la creación de una sociedad basada en la confianza.

Espero apliquen esta moción a sus organizaciones y procesos y no duden en contactarme si requieren de ayuda en la creación de confianza.



*Imagen de MonikaP en Pixabay.

Beneficios – 5to punto de experiencia interna

En mociones anteriores hemos reflexionado sobre los mensajes que transmiten las organizaciones durante sus procesos de selección, inducción, día a día (procesos) y desarrollo, los cuales van creando la experiencia de sus colaboradores. Por lo tanto, y continuando con nuestro mapa de experiencia, hoy quiero hablarles sobre los beneficios o sobre los valores agregados que las organizaciones ofrecen a sus colaboradores.

Este punto de experiencia es similar al de procesos, pues no se da en un momento específico sino que determina el día a día de los colaboradores, ya no a nivel operativo sino a nivel emocional. Esto determinará el cómo se sienten los trabajadores con la compañía en general, no sólo con sus labores o su rol.

Así pues, a nivel de beneficios algunas empresas ofrecen seguros de vida, descuentos en productos o servicios, bonos por desempeño, bonos por antigüedad, días extras de vacaciones o licencias, participación accionaria, créditos, comidas y bebidas, eventos internos, voluntariados, capacitaciones o certificaciones, comisiones, pago del vehículo, del internet o del celular, horarios flexibles y trabajo remoto, entre muchas opciones disponibles.

Y como siempre, acá no se pretende que todas las organizaciones deban ofrecer todos los beneficios o valores agregados posibles, sino que ofrezcan aquellos que más impacto tengan en la vida de sus colaboradores, los que transmitan mejor el propósito y la cultura de la organización y los que más contribuyan a crear una experiencia extraordinaria.

Particularmente, creo que hay un beneficio que todas las organizaciones deberían ofrecer y es aquel que es coherente con su razón de ser. Si la organización vende seguros de vida, todos los colaboradores deberían tenerlo; si la empresa vende bicicletas, debería tener un beneficio que fomente que todos tengan y usen bicicleta; si tu organización es un banco, todos deberían tener productos por el banco; y así, con cualquier organización, para que el colaborador viva de primera mano el producto y/o el servicio que ofrece la compañía y se enamore de la marca.

Los demás beneficios deberían estar alineados a partir de este punto. No es suficiente ofrecer lo que “todos” tienen, se trata de ofrecer lo que sólo esa organización puede ofrecer y lo que es coherente con su propósito y su cultura.

Espero esta moción te invite a reflexionar sobre los beneficios que ofreces a tus colaboradores y si son realmente un valor diferencial para ellos, al momento de considerar seguir o no con la compañía. Si no lo son, puedes invertir mejor ese dinero en aspectos que aporten más. Y si lo son, sigue fortaleciéndolos.

Recuerda contactarme si deseas revisar este aspecto para transformarlo en algo más coherente con tu organización y propósito.


Observa también la moción en nuestro canal de YouTube:

Empezar desde adentro

Parece sencillo y obvio pero desafortunadamente muchas personas y organizaciones olvidan que antes de pensar en otros y en los clientes, primero debemos fortalecer nuestro autoconocimiento para detectar qué es lo que tenemos y podemos ofrecerle a los demás, puesto que nadie puede dar de lo que no tiene. Por este motivo, es importante siempre empezar desde adentro.

A nivel personal, es posible que nos encontremos con personas que buscan quién las ame y las haga felices, cuando ellas mismas no se aman y no saben qué les produce felicidad. Por lo tanto, difícilmente encontrarán lo que buscan, porque realmente no saben lo que buscan y porque aún encontrándolo no será duradero porque eventualmente la otra persona se aburrirá de no recibir amor y/o felicidad de forma recíproca.

A nivel organizacional pasa exactamente lo mismo. Algunas empresas buscan que los clientes amen la marca y compren los productos y servicios, cuando los empleados al interior no aman la organización ni la recomendarían. Por lo tanto, puede que consigan algunos clientes desprevenidos pero eventualmente esa relación terminará cuando los clientes reconozcan que la empresa no les genera el valor esperado.

Por lo tanto, si queremos que los clientes se enamoren de nuestra marca, debemos empezar por enamorar a nuestros colaboradores. Si deseamos que los clientes tengan la mejor experiencia de servicio al interactuar con la organización, es vital que repliquemos ese mismo principio al interior para que cada colaborador viva una experiencia de servicio increíble. Si esperamos que los clientes compren y usen nuestros productos y servicios, los empleados deberían ser los primeros en usarlos.

Sólo cuando los colaboradores aman la marca, usan y recomiendan los productos y servicios y viven una experiencia maravillosa al trabajar en la organización, es cuando podemos esperar lo mismo por parte de los clientes porque reconocerán que están tratando con una organización que auténticamente genera valor.

La publicidad, el mercadeo y las imágenes no pueden con todo y eventualmente perderán fuerza en la medida en que los clientes empiecen a dar sus comentarios después de interactuar la primera vez con la organización. Por el contrario, una fuerte cultura, que se materialice en todos los aspectos de la empresa, nunca perderá fuerza e impacto mientras siga generando valor.

Espero esta moción te invite a revisar tu organización hacia adentro, su cultura y sus colaboradores para hacer un diagnóstico y reconocer si tienen y pueden ofrecer lo que los clientes esperan de ustedes. Y como siempre, si requieres apoyo en este proceso, no dudes en contactarme que con gusto te acompañaré para que empieces desde adentro.


Consulta también las mociones organizacionales en el canal de YouTube:

Convirtiendo la cultura en historias

Las organizaciones actuales que triunfan son aquellas que poseen una fuerte cultura organizacional que motiva a los mejores talentos, proveedores y clientes a querer ser parte de ella.  Sin embargo, lograr una fuerte cultura organizacional no es tarea fácil pues requiere una claridad estratégica de la cultura deseada y una transformación total de la organización acorde para que la cultura se evidencie en cada aspecto, proceso y colaborador.

Ahora, si bien la siguiente táctica no es una fórmula mágica, si estoy convencido que puede ser una herramienta muy útil, si se usa adecuadamente, para lograr movilizar la cultura.  Por lo tanto, si estás buscando fortalecer la cultura de tu organización te recomiendo convertir la cultura en historias que sean fáciles de contar, entender y replicar.

Muchas veces las organizaciones creen que poniendo el propósito, la mega, la visión, la misión, los valores o cualquier otro aspecto que consideren constituye los principios de la cultura deseada en tableros, volantes, paredes, medios de comunicación o redes sociales es suficiente para que cada colaborador entienda y evidencie esa cultura en cada momento.

El problema radica en que somos muy buenos definiendo el qué queremos ser, pero no el cómo lo lograremos o el cómo se evidencia lo que queremos lograr. Así pues, convertir esos principios que constituyen la cultura en historias del día a día, con las que los colaboradores puedan identificarse y sobre todo, tener como referente para replicar en situaciones similares, se convierte en una herramienta super poderosa.

Imaginemos que una organización tiene como principio “el cliente primero”, pero a los colaboradores se les mide por seguir el proceso al pie de la letra. Por lo tanto, poner al cliente primero suena muy bonito pero en la práctica sería un poco inoperable. Sin embargo, si contamos una historia en donde un colaborador fue más allá del proceso para resolver la necesidad del cliente, y reconocemos que de eso se trata poner al cliente primero, entonces los colaboradores podrán tener una mejor idea de cómo ese principio se aplica en la cultura deseada.

Espero esta táctica te ayude a fortalecer tu cultura y recuerda que si deseas mayor apoyo, no dudes en contactarme para que juntos construyamos e implementemos la cultura deseada en tu organización.


También puedes consultar y seguir las mociones en video: